viernes, 26 de agosto de 2016


Hace tiempo que quería abordar este tema, que junto a las dificultades de relación con las familias de origen, es uno de los temas fundamentales de conflicto en las parejas; unas veces, directamente,luchando contra una sensación de abuso e injusticia y otras indirectamente, debido a la excesiva acumulación de estrés en uno de los miembros de la pareja cuando esta distribución de tareas y roles dentro de la familia no es equilibrada.
En el último siglo el avance hacia la igualdad de derechos entre el hombre y la mujer a nivel legal, laboral y educativo ha sido formidable, incluso casi llegando algunas voces a negar  las evidentes diferencias físicas y psicológicas entre ambos sexos. Y sin embargo, a pesar de todo, esta igualdad se queda a veces en el plano teórico, y  manteniendo mas dificultades de lo que querríamos admitir en el plano práctico. Posiblemente se ha trabajado más en la apertura de la mujer a todas las actividades, y menos en la educación de ambos sexos(a veces las machistas pueden ser las mujeres)para que  los hombres asuman tareas y roles que en su crianza, en sus padres varones, no los han visto asumir.
Teóricamente, todos ya entienden que la responsabilidad el cuidado de la casa y los hijos no tiene que ser necesariamente de la mujer, sino de los dos, pero con frecuencia, si este modelo de familia no lo han vivido, tanto uno como otro, la mujer tiende a asumir estas funciones, y el hombre, en el mejor de los casos, ayudará lo que pueda, pero con falta de iniciativa y responsabilidad. Es decir, la igualdad termina consistiendo en que la mujer asume igualmente las tareas tradicionalmente femeninas, como las masculinas.
Si la mujer por esta razón llega a un nivel excesivo de estrés, o si ha habido una evolución generacional cultural y se ha hecho consciente de esta desigualdad, se siente frustrada e incluso no querida si su pareja no asume igual que ella todas estas funciones. Con frecuencia ocurre que si marido se esfuerza, pero no logra igualar su eficiencia, puede ser motivo de conflicto, dado que teóricamente somos iguales. Y es un conflicto dificil e interminable. Ella tiene  razón, deberíamos estar igualmente preparados para compartir las tareas, pero a veces no es asi. Somos diferentes. En este caso, por razones fundamentalmente socioculturales. Por tanto, hay que elegir, entre luchar por cambiar esta situación a base de quejas y recriminaciones y sentimientos de culpa, o asumir nuestras diferencias, sin dejar de luchar por el cambio por supuesto, y que a cada uno se le puede dar bien determinadas tareas y el otro, aunque no las realice tan bien, puede hacerlas y mejorar con el tiempo. Y si no se le ocurren todas las cosas que hay que hacer, desarrollar mecanismos que ayuden. Pero sobre todo, mucho diálogo, a nivel de sentimientos, y no esperar a que la gota colme el vaso. Siempre hay que intentar evolucionar guardando la paz y la armonía familiar, lo que hará el cambio más motivador, siempre y cuando haya una voluntad de mejorar y no del abuso deliberado.
Por tanto, este tipo de problemas depende en primer lugar, según mi opinión, del tipo de organización de los roles dentro de las familias de origen, después, del nivel cultural. El avance es muy grande cuando los varones han vivido solos, fuera del hogar familiar, antes de vivir en pareja.
Teniendo en cuenta todo lo dicho, en terapia de pareja, cuando esta problemática aparece como fundamental, es conveniente que cada uno entienda y conozca como se ha criado cada uno, con qué pautas ha sido socializado, pero sobre todo, como se sienten cada uno ante el conflicto, ante cada situación, y planifiquen juntos una estrategia justa y realista para organizar su vida sinpermitir que las tareas cotidianas  terminen por cargarse la armonía familiar.


lunes, 8 de agosto de 2016

¿Quieres que te ayudemos a que tus hijos tengan un comportamiento adecuado sin estar siempre en guerra en tu hogar? Reserva plaza en el programa Empecemos

A veces es difícil ser padres. Hay hijos con los que es mas fácil, pero en otros casos, los padres pasamos de la sensación de impotencia y de ira a la culpabilidad. Con frecuencia  esta sensación se incrementa cuando los hijos se portan peor en nuestra casa que con personas no familiares.  Nos preparamos durante años para realizar nuestro trabajo bien, pero nadie nos advirtió que el ser padres, a veces, necesitaría que nos den herramientas, trucos, habilidades que nos faciliten esta labor, que es tan importante, como muchas a las que hemos dedicado horas de formación. Hay muchas formas de enseñar disciplina a los niños, pero con el programa Empecemos intentamos hacerlo de una forma positiva, mejorando las relaciones familiares al mismo tiempo.

Si quieren tener esta ventaja, reserven su plaza hasta el 10 de septiembre llamando al número de teléfono de cita previa (654367929), donde se podrá dar mayor información. La inscripción será del 10 al 15 de septiembre y el número de plazas es limitado.

miércoles, 3 de agosto de 2016

NUEVA CONSULTA EN EL CENTRO




A partir de este verano, estaremos un día a la semana en la Clínica Ragel, frente a la Plaza de la Merced, en pleno centro de Huelva. Al añadir esta nueva Clínica, las posibilidades de adaptarnos a las necesidades de nuestros usuarios se amplían de forma importante, ya que el horario es muy amplio durante todo el año, y las instalaciones son inmejorables, al igual que en la Clinica Unoba Center, donde continuamos pasando consulta dos tardes a la semana.

La forma de pedir cita, como siempre, es a través del teléfono de contacto habitual. En este momento pueden elegir la sede e informarse de las promociones que haya en cada una.