Se ha declarado que es un acto de guerra, y que la respuesta será en consonancia. ¿Qué nos espera en el futuro?
Si lo pensamos, es una guerra, una guerra diferente. No hay bombas cada dia, y no hay un frente, pero puede ocurrir en cualquier momento, cuando sales a trabajar, cuando sales a divertirte, ...No temes por un hijo que se aliste y vaya al frente, tememos por cualquier amigo, hijo o hija, nuestro padre o madre que esté en cualquier momento en el sitio equivocado...
¿Qué sentimientos, qué emociones nos provoca todo esto? Tristeza, pena, desolación por lo que ha pasado, y lo que va a pasar...pero también impotencia, por no poder controlar lo que ocurre y lo que puede pasar, miedo, inseguridad por el futuro...Es cierto que expresar nuestro dolor, nuestras condolencias, cambiar nuestro perfil, nos sirve para poder tener la sensación de control, de poder hacer algo, de sentirnos unidos ante esta barbárie, pero a nivel interno, podemos hacer algo más...hay que luchar contra esta sensación de miedo, de pérdida...Esto no puede con nosotros. No debemos permitir que el horror nos inunde y nos venza. El ser humano es capaz de crecer ante las desgracias con la actitud adecuada, de descubrir valores humanos sorprendentes, El concepto de resiliencia nació ante el descubrimiento de que somos capaces de sacar lo mejor del ser humano ante situaciones traumáticas. Y esto, sin tener en cuenta los que tenemos la ventaja de una perspectiva cristiana. Este es el momento de enfocar nuestra mirada y vivir conforme somos. Podemos expresar nuestras emociones y pensamientos, pero no dejarnos caer en el desaliento y en el catastrofismo, y reconducir éstos de acuerdo con lo que pretendemos ser y vivir
